Historia del Abuelo Pascual
Posted on | juny 16, 2013 | Comentaris tancats a Historia del Abuelo Pascual
CONTEXTO
Pascual Batalla Julián nació en Argelita (Castellón de la Plana) el 9 de Enero de 1888 en la calle Alta nº 15, ahora denominada Honorato Ros y falleció en Barcelona el 3 de Marzo de 1960, por tanto a la edad de 72 años. Hijo de Pascual Batalla Agustina (Pascual de Pelegrina) y de Rosa Julián Árboles. Comentan sus hijos que madre e hijo se querían mucho.
Pascual y Rosa tuvieron cuatro hijos, de mayor a menor; Marcelina, Pascual, José y Rosa. Rosa Julián era mujer de carácter y a pesar de que era analfabeta tenía la habilidad de calcular de cabeza los importes de las cosechas de algarrobas al multiplicar arrobas por precio en reales, aspecto por el cual era solicitada en muchas operaciones del pueblo. Su marido Pascual era un hombre menos relevante, por lo que las riendas de la familia las llevaba Rosa.
La Tía Conchita Julián me explicó muchas veces que cuando vendían la cosecha de la familia el trato lo hacía Rosa y para dejar en buena posición a su marido, hacía ver que iba a verlo a casa para ver si aprobaba el trato aunque la decisión la tomaba ella.
Los relatos que siguen tratan de ser fiel transcripción de los que me han hecho mi padre y mi tío, pues yo conocí a mi abuelo pero en un estado de salud muy deteriorado que impedía la mutua comunicación (aquejado de ictus)
INFANCIA
Sé muy poco de esta época, puedo afirmar que Pascual era un chico de fuerte constitución física, que aprendió a leer y escribir (incorporaré alguna carta suya manuscrita) y las reglas de cálculo. Muy pronto se incorporó a las tareas del campo (monte en su mayoría) y su sustento para la jornada de trabajo (de sol a sol) eran seis higas secas y una rebanada de pan. Por tanto el hambre acompañaba su existencia.
Cuentan la historia de que un día hicieron matanza y colgaron todos los embutidos en la falsa (piso alto de la casa en la que no hay cristales y el aire circula libremente, bueno para secar productos del campo), con la coincidencia de que en la falsa dormía mi abuelo.
Claro está que con el hambre que pasaba y el olor del embutido tuvo la tentación de comer una morcilla pensando que su madre no lo notaría. Después de la primera morcilla vino la segunda, la tercera, …………, total una destroza.
Por la mañana cuando su madre subió a la falsa y horrorizada vio lo sucedido, empezó a despotricar contra el gato, amenazando con matarlo. Tanto fue el enfado que mi abuelo se declaró y le dijo; “mare, no mate al gato que he sido yo”. La madre al entender la situación del hijo no lo riñó.
Otro relato dice que tuvo que esperar al día de la primera comunión para comer su primer huevo frito.
A LOS 14 AÑOS SE VA DEL PUEBLO
Ante hechos como los narrados, a los 14 años (1902) Pascual tomó la decisión de emigrar a Barcelona, cuentan que su madre le dio dos reales (50 céntimos de peseta, 1€ 166 pesetas) que era el precio del billete de tren de Castellón a Barcelona. Ante tamaña fortuna, Pascual decidió ir a Barcelona andando, lo que le costó 7 jornadas.
Llegando a la zona del Baix Llobregat, preguntó dónde se puede encontrar trabajo en Barcelona, y le contestaron que en el gas.
El trabajo consistía en cargar a pala el carbón para las calderas del gas, las jornadas eran de 12 horas diarias. ¡Y eso con 14 años!. Siempre he pensado en qué pensiones viviría mi abuelo…..
Nota extraída de la Vanguardia (16/06/2019):
Entró a trabajar en la central térmica de la Avenida de Vilanova, situada entre Arc de Triomf i la Estación del Norte. Esta central operó como tal hasta 1919 y fue la principal fuente generadora de electricidad para el Eixample entre 1897 y 1919.
Es la única central térmica de Cataluña de estilo modernista, fue diseñada por Pere Falqués y Urpí arquitecto municipal.
La central se construyó básicamente para alimentar el alumbrado público de la ciudad y dada su situación se convirtió también en fuente de energía de las industrias de Pueblo Nuevo i de Sant Martí de Provençals.
Funcionaba con electricidad generada a partir de carbón que se acumulaba en el patio interior. Hasta aquí la nota.
Este trabajo duró 3 años. durante los cuales ahorró lo suficiente como para pagarse un billete de cubierta con destino a Buenos Aires, se pasó la travesía vomitando.
Al llegar al puerto de Buenos Aires con 17 años recién cumplidos volvió a hacer la pregunta mágica, ¿dónde hay trabajo?, y a la Pampa que se fue, a cuidar un rebaño de vacas. La comida se la llevaba un gaucho una vez al mes.
Se repitió el ciclo y ahorró como para pagar el traspaso de un bar en Barcelona (era la salida típica de los que emigraban de Argelita a Barcelona), y volvió a embarcar de regreso a Barcelona.
Al llegar al puerto le robaron los ahorros, y ahí tienes a Pascual arruinado y desesperado después de seis años de duro trabajo. Nota: esta parte de la historia me la transmitió muchas veces mi padre Pascual, en cambio su hermano Jaime no la tiene presente.
La siguiente etapa fue cumplir con el servicio militar, que realizó en Bétera.
EMPIEZA SU CARRERA PROFESIONAL
Acabada la mili, el Sr. Vicente Julián a la postre tio (de mote el Tio Cabra) le hace un préstamo con interés para pagar el traspaso de un bar en la calle Pallars de Pueblo Nuevo, Barcelona. Este negocio le funciona mal y lo tiene que dejar, entonces el mismo familiar le ayuda a buscar otro establecimiento y lo hallan en la calle Llauder 7, junto a la entrada del puerto de Barcelona. Estamos en el año 1916.
Hay que resaltar que algunos familiares de Argelita se habían establecido en Barcelona como comerciantes de vino, vendiendo este producto a los bares, en aquella época a granel, por lo que conocían muy bien que bares eran buenos y cuáles no, de forma que utilizaron sus conocimientos para facilitar las inversiones de sus familiares y amigos de Argelita.
El bar de Llauder funcionó muy bien, sus clientes eran los embarcados y personal del puerto, me explicaba mi padre que como decía el abuelo era un hombre muy fuerte al tiempo que tranquilo y con mucha paciencia, pero se ve que alguna vez se la acababan y él recuerda haberle visto darle un puñetazo a un cliente y que este salió del bar volando aterrizando pasada la acera, tal golpe tenía.
DESGRACIAS FAMILIARES
Desconozco las fechas en que el abuelo se casó con Mercedes Rapalo Gallén con la cual tuvo 3 hijas, todas ellas murieron de meningitis tuberculosa en meses de Agosto de años consecutivos. Llegado su momento también murió su esposa Mercedes y aún le quedaba viva la hija llamada Rosita, por lo que el abuelo quedó viudo y con una niña de corta edad.
En esta época la economía del abuelo estaba muy saneada, pero la parte familiar quedó destrozada. Para recomponerla pensó volver a casarse, lo cual tiene su interés tanto por la elección como por el método.
Pensó y así le pidió a su suegro (Jacobo Rapalo) que dijera a su hija Rosario que si se querría casar con él, pues dado que era tía de la niña Rosita, el tenía la seguridad de que la querría. Dicho y hecho, Rosario que era 14 años más joven que Pascual acepta la proposición y se casan. Parece que Pascual le ofrece a cambio al suegro que él velará por el futuro de sus otras dos hijas, María y Joaquina.
Al cabo de poco tiempo también muere Rosita y Rosario tiene a su primer hijo, Pascual y un años más tarde queda embarazada de Jaime, pero acontece que Pascual de poco más de un año se pone muy grave, se le hincha desmesuradamente la barriga. Rosario y Pascual visitan a los mejores médicos de Barcelona, pero ninguno les da la solución, si no que les dicen que se preparen para lo peor.
Pascual vuelve a escribir a su suegro Jacobo para que venga a Barcelona para llevarse a Pascual pequeño para que fallezca en Argelita y Rosario no sufra el desenlace, dado que estaba embarazada. Concertaron una contraseña para que le comunicara que el niño había muerto. En aquella época las cartas se encabezaban con una cruz de pequeño tamaño, pues bien, acordaron que cuando el niño falleciera la cruz sería significativamente mayor y asñi Rosario no se enteraría.
Imaginemos la situación a la que se enfrentaba el abuelo, se le habían muerto 3 niñas, la primera esposa y ahora su hijo Pascual estaba desahuciado.
Ya tenemos a Jacobo con el niño en brazos cogiendo el tren hacia Castellón, y se dio la coincidencia de que en el mismo compartimento estaba una señora que iba a Vinaroz y que al ver al niño le preguntó a Jacobo por su salud y al comentar que estaba desahuciado esta señora le dijo que ella sabía de un médico de Castellón que lo curaría.
Jacobo le contestó que eso no podía ser dado que su hija lo había llevado a los mejores médicos de Barcelona y que no habían dado con el remedio. La Sra. insistió pero Jacobo no le hizo caso, hasta que llegaron a la estación de Vinaroz y dicha Sra. no se apeó. Al darse Jacobo cuenta del hecho advirtió a la Sra. que habián llegado a Vinaroz, pero entonces la Sra. le contestó, que ella no se apeaba porque iban a llevar al niño al doctor de Castellón. Mi bisabuelo se quedó petrificado.
Dicho y hecho, llegan a Castellón y la Sra. los lleva a ver al Dr. Garí, el cual le da el remedio por el que se curó en pocos días. El nudo del tema está en que en la provincia de Castellón se había extendido un plaga contagiosa de los cereales que había contaminado las pastas de los hornos de los pueblos, y dada la extensión de la plaga habían podido descubrir el tratamiento adecuado. Se desprende de ésto que el pequeño Pascual había comido pastas que le habían enviado del pueblo y contagiado la enfermedad. Estamos a principios del año 1925.
TRABAJO Y MÁS TRABAJO
El abuelo sigue con su época de prosperidad llegando a regentar 5 bares restaurantes. Independientemente de las épocas recuerdo que tuvo además del de la calle Llauder, uno en el Paseo Nacional, junto a la comisaría de Policía y también tuvo el del Mercado Central de Pescado en la calle Wellington, y otros que no se dar detalles, como uno en la Plaza de la Sagrada Familia, que pasó a Adela, etc.
El abuelo era muy trabajador y tenía visión a medio y largo plazo, y la abuela era una negociante nata y también muy trabajadora, explicaban que por fiestas mayores y otros eventos, era frecuente pasar tres noches seguidas sin dormir, sirviendo en los bares.
Mi padre me explicaba que más de una y de dos veces a primera hora de la madrugada (las 2 0 las 3, por el horario del Mercado de Pescado), él, Juan Bayo (íntimo amigo de mi padre) y el abuelo caminaban a lo largo de la calle Wellington cargados con comida de un bar a otro y caminaban durmiendo, tal era el agotamiento que llevaban.
De la calidad humana del abuelo habla la forma en que propició que su hijo Jaime estudiara la carrera de Actuario de Seguros que sólo se cursaba en Madrid y era de mucha dificultad. Resulta que Jaime, apadrinado por D. Demetrio y Doña Isabel, amigos de la familia y Propietarios de la academia Liceo Manjón, recomendaban a los abuelos que Jaime estudiara una carrera pues destacaba en los estudios, mayoritariamente en matemáticas. Los abuelos más que orgullosos de que un hijo fuera licenciado, tenían el inconveniente de la edad de Jaime, que por aquel entonces tendría ya la veintena, y ¿cómo podían compaginar cinco años de estudios con la idea en aquella época de que Jaime no se sintiera mantenido por la familia hasta edad tan avanzada?
Mis padres, Pascual y Eugenia se acababan de casar, y el abuelo les dio el negocio del bar del mercado central de pescado, entonces dio con la solución y le dijo a Jaime, “Jaime ve a estudiar a Madrid y no te preocupes por tu sustento, pues igual que he dado el bar del mercado a tu hermano Pascual, te daré a ti el de Llauder, que yo regentaré hasta que tu regreses y mientras tanto los beneficios del bar, que es tuyo, te los enviaré a Madrid para que puedas mantenerte y estudiar”. Y dicho y hecho, la familia ya tenía un universitario, lo cual la llenaba de orgullo.
Comentan que el abuelo ganó suficiente dinero como para jubilarse antes de la guerra, creo que incluso construyó un edificio en la Barceloneta que fue causa de su posterior ruina, pues se lo incautaron. Total que tuvo que volver a ponerse a trabajar recién acabada la guerra, y otra vez prosperó y a los pocos años se volvió a jubilar, con las dudas de su esposa Rosario pues no estaba segura de tener suficiente dinero, se jubilaron con 800.000 duros en efectivo (4.000.000 ptas) una fortuna para la época.
Para disipar las dudas de Rosario, el abuelo ideó una estratagema que consistió en que el día que se jubilaron hizo traer a Rosario un regalo cada hora, regalos del nivel de una estola de visón, joyas etc., así hora tras hora.
ENFERMEDAD
Creo que el abuelo estuvo alrededor de siete años muy enfermo, supongo que de ictus, y la abuela Rosario llevó toda la carga de la enfermedad sin ayuda externa (excepto el apoyo de los hijos) incluso bañaba al abuelo con el peso que éste tenía. Incluso aprendió a conducir para llevar al abuelo al médico y de vacaciones a Cerdanyola.
Pero lo que quería contar es que al abuelo el dinero le daba seguridad y de vez en cuando pedía a sus hijos que le abrieran la caja fuerte para ver si había suficientes billetes como para estar tranquilo (cosa de la que sus hijos cuidaban).
En esta época el abuelo dormía mucho y cuando alguien le comentaba este hecho, el decía “hasta que no haga la paz ……”
También se comenta que tenía mucha hambre insatisfecha, y decía “Dios da comida al que no tiene dientes”, queriendo decir que cuando en su juventud podría haber comido todo lo que hubiera querido no tenía comida y ahora que le sobraba el dinero no podía comer por el régimen severo al que estaba sometido.
Mi hermana me recuerda que era tanta el hambre que tenía que mojaba pan en las hierbas medicinales.
El abuelo murió el 3 de Marzo de 1960 tras varias intervenciones del aparato digestivo, creo recordar que fue debido a una oclusión intestinal.
Bueno esta es a grandes rasgos la historia del hombre que hizo grandes esfuerzos por dar mejor vida a su familia por lo que junto a su esposa Rosario, le estoy profundamente agradecido, al percibir que su esfuerzo aun llega a beneficiar a sus descendientes, entre los que me cuento.